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Templos de la Doctrina Católica

Cultural

Provincia del Cauca, municipios de Inzá y Páez-Belalcázar

27/09/2012

Presentado por:

Delegación Permanente de Colombia ante la UNESCO

Criterios:

II, IV

Este grupo de siete templos se ubica en una zona privilegiada entre volcanes, ríos y espectaculares vistas que permiten la existencia de pisos térmicos que varían del cálido al páramo, generando una amplia diversidad de flora y fauna, así como diversas fuentes de agua. Diversos grupos indígenas prehispánicos habitaron la zona, cuyo legado más importante se encuentra en los hipogeos o estructuras funerarias de Tierradentro, ubicados en la reserva de San Andrés de Pisimbalá, construidos entre los siglos IX y XII d. C. Estos sitios están protegidos por la legislación colombiana y están inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial.

Estos templos representan el triunfo del proceso de conquista español en esta parte del territorio, en un período en el que la colonización y la evangelización ya estaban muy avanzadas en otras zonas del país. En 1537, Juan de Ampudia (cabecilla de Sebastián de Belalcázar), Sebastián Quintero y Bartolomé Ruíz intentaron sin éxito someter a los grupos indígenas paeces, pijaos y yalcones, encontrando una fuerte resistencia. Fue solo hasta 1783, cuando Jerónimo Inzá fundó el pueblo del mismo nombre, cuando los españoles lograron establecerse definitivamente en la zona. Como resultado inmediato de la fundación de este y los pueblos de Belalcázar y La Plata, el grupo paeces quedó confinado en la zona, lo que dio lugar al posterior establecimiento de resguardos y a lo que sería el inicio del proceso de evangelización, que comenzó con la visita del reverendo José Fernández de Belalcázar al resguardo de Pisimbalá.

La representación material de dicho proceso de evangelización es el conjunto de templos de doctrina católica, fruto de la transculturación entre la doctrina católica recibida por las comunidades locales y sus propias costumbres y tradiciones. El componente español se refleja en la distribución espacial y funcional de los templos, mientras que los pueblos indígenas aportaron los materiales, el sistema de construcción y la mano de obra.

Este tipo de edificaciones se ubican en lugares aislados, con la parte trasera generalmente orientada hacia una colina, con lugares de congregación frente a la entrada; esta es una característica particular de la arquitectura religiosa de la doctrina católica en América. Con planta rectangular (de 6 a 12 metros de ancho por 21 a 31 de largo), los templos se construyeron con madera y tierra mediante un sistema que consistía en muros de barro y tapial sobre una cimentación de piedra, con pequeñas variaciones geométricas en la cubierta (generalmente de plantas).

Los templos se componen de cinco espacios: la antecapilla, delimitada por una arcada y que sirve de espacio de transición entre el interior y el exterior del templo; la nave central, el presbiterio, la sacristía y el coro, situado a la entrada del templo, en la segunda planta. Dichos espacios se ubican en tres niveles: la antecapilla y la nave se sitúan en la planta baja, y el presbiterio se eleva dos o tres escalones con respecto a la nave, mientras que el coro se encuentra en la segunda planta. El acceso se realiza generalmente desde el presbiterio hasta la sacristía. En algunos templos se pueden apreciar pinturas murales como elemento decorativo en el interior del espacio, así como puertas y/o ventanas laterales.

Los templos de San Miguel de Avirama y Santa Rosa de Suín fueron declarados Sitios de Interés Cultural Nacional en 1998, mientras que los templos de San Antonio de Chinas, San Andrés de Pisimbalá, Santa Rosa de Lima y San Pedro Apóstol de Togoima se incorporaron a la misma lista en 2005. El Templo de San Roque de Yaquivá no está protegido por la legislación colombiana. El conjunto de templos se ha mantenido a lo largo del tiempo como un referente cultural para las comunidades indígenas donde se ubican, concretamente en el suroeste del país. Tanto el Templo de San Andrés de Pisimbalá como el de Santa Rosa de Lima han sido objeto de obras de renovación integral.

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